Intenso, emocionante y, sobre todo, muy igualado. La visita de Sant Vicenç se
preveía complicada y así fue el partido. Un choque que dominó el equipo catalán
en la primera parte, al descanso cuatro arriba, y en el inicio de la segunda. Un
enfrentamiento donde también apareció el ADN del equipo de Mislata. Se estuvo
nadando contracorriente para «morir» al final en la orilla.
Fueron los errores propios y el juego ordenado del rival lo que llevó al Grupo USA
al límite. Tras esa primera parte con claro dominio de Sant Vicenç la segunda se
presentaba como una oportunidad para comprobar la fuerza mental del conjunto
valenciano. Las cosas no comenzaron bien. Los cuatro de ventaja se convirtieron
en seis y todo parecía sentenciado. Fue entonces cuando todo cambio. Defensa
intensa, paradas de Aracelli y rápidas transiciones convirtieron el choque en una
montaña rusa de emociones. Trataba de mantener su ventaja el Sant Vicenç,
lograba empatar el partido Mislata. Fueron unos minutos finales de infarto donde
pudo ganar cualquiera. Acertó en el último ataque el conjunto catalán, no pudieron
empatar las valencianas con un lanzamiento desde la esquina cuando la bocina
sonaba en La Canaleta